Nuestras Creencias

La Biblia es la Palabra de Dios, inspirada por Dios. Una revelación de Dios para el hombre. Es además, la Fe infalible y conducta, superior a la conciencia y la razón, pero no en contra de la razón.
(2 Tim. 3:16; 1 Ped. 2:2)

El Dios verdadero se ha revelado a sí mismo como el eterno existente "Yo soy" y habiéndose revelado como Dios trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo. (Deum. 6:4; Mar. 12:29; Isa. 43:10-11; Mat.
28:19)

El hombre fue creado bueno y recto, Dios dijo: "hagamos el hombre a nuestra imagen y semejanza" Sin embargo, el hombre voluntariamente provocó su trasgresión y caída, y como resultado obtuvo muerte física y espiritual; lo cual es la separación de Dios. La esperanza de redención del hombre es por medio de la sangre de Jesucristo, el Hijo de Dios. (Gen. 1:26-31; 3:1-7; Rom. 5:12-21)

1. Condiciones para la Salvación

La gracia de Dios, la cual trae salvación, es presentada a todo hombre, por medio de la predicación en representación de Dios, y fé hacia el Señor Jesucristo. El hombre es salvo siendo lavado y renovado por el Espíritu Santo y siendo justificado por la gracia a través de la fé. De esta manera el hombre se convierte en heredero de Dios de acuerdo a la esperanza de vida eterna. ( Tit. 2:11; Luc.
24:47; Rom. 5:1-2; Tit 3:5-7)

2. La evidencia de Salvación

La evidencia interna de salvación es directamente atestiguada por el Espíritu Santo (Rom. 8:16). La evidencia externa para todo hombre es el producto de una vida en rectitud y santidad verdadera.
(Ped 1:13-16)

La ordenanza del bautismo por medio de sumersión en las aguas, debe ser observada como fue establecido en las escrituras para todo aquel realmente arrepentido de corazón y aquel que realmente ha creído en Jesucristo como Señor y Salvador. Haciendo esto, el cuerpo exterior es limpio en las aguas, representando así la limpieza del hombre interior.
Con este acto, se declara al mundo que el individuo ha "muerto" con Jesús y ha resucitado con Él con una nueva vida.

Creemos firmemente en esta experiencia personal como una investidura de lo alto de acuerdo con Hechos 1:18 y hablando en otras lenguas dadas por el Espíritu como su
evidencia y señal. (Hec. 2:4; 19:4-6)

Creemos en la manifestación de los dones del Espíritu Santo en nuestra iglesia.

La Santa Cena consiste de los siguientes elementos: pan y el fruto del vino. Este es el símbolo que expresa nuestra unión divina con nuestro Señor Jesucristo. Esto lo hacemos en memoria de su sufrimiento, muerte y resurrección, y la profecía de su segunda venida aceptada por todos los creyentes "hasta que El venga".
1ra. CORINTIOS 11: 23-34

Las Escrituras enseñan que sin santidad nadie verá al Señor. Con el poder del Espíritu Santo podremos obedecer el mandamiento que dice: "Sed santos porque Yo soy santo". (Heb. 12:14; 1 Ped. 1:15,16; 1 Tes. 5:23,24; 1 Un 2:6) La santificación es propósito de Dios para todos los creyentes diligentemente procurando caminar en obediencia a la Palabra de Dios.

La iglesia es el cuerpo de Cristo, es la habitación de Dios por medio del espíritu, con cita divina para el cumplimiento de su gran comisión. Cada creyente, nacido del Espíritu, es parte integral de la Asamblea General e iglesia de los primeros nacidos, los cuales están escritos en el cielo. (Efes. 1:22;2:19; Heb. 12:23)

Un llamado divino y escrituralmente ordenado acerca del ministerio es provisto por nuestro Señor
Jesucristo con un propósito doble:

1. La evangelización de su palabra.
2. La edificación del cuerpo de Cristo.

(Mar. 16:15,20; Efe. 4:11-13)

La sanidad es provista por medio de la expiación, y es un privilegio de todos los creyentes. (Is. 53:4;
Mat. 8:16,17; Mar. 16:18)

La resurrección de aquellos que están durmiendo en Cristo y su traslado junto a aquellos vivos que se mantuvieron esperando a su Señor, es la inminente esperanza de bendición de la iglesia. (Tes. 4:16,18; Rom. 8:23; Tit. 2:13; 1Cor. 15:51,52)

La revelación del Señor Jesucristo desde el cielo, la salvación del pueblo de Israel y el reinado milenario de Cristo, es la promesa escritural y la esperanza del mundo. (2Tes. 1:7; Apoc. 19:11-16; Rom. 11:25-27; 20:1-7)

Satanás y sus ángeles, la bestia temamenteote a ya de era que no este inscrito en el soro de la vida, será castigad2 10-mente en el lago de fuego y azufre, la cual es la segunda muerte. (Apoc. 19:20; 20:10-15)

"Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia" (2 Pedro 3:13; Apoc. 21:1)

A. Los bajos estándares del matrimonio incluyendo el divorcio, ponen en peligro el individuo, la nación y la iglesia. Por lo tanto, nosotros desaprobamos el divorcio por cualquier motivo con la excepción de fornicación o adulterio. (Mat. 5:31.32; Marc. 10:1-12; 1Cor. 7:13,15)

B. Hay algunas situaciones entre los creyentes relacionadas al matrimonio establecido en desorden mientras estos vivían en una vida de pecado, sin conocimiento de las escrituras al respecto. Nosotros recomendamos que los mismos sean estudiados de acuerdo a las escrituras, sin llegar a conclusiones, dejándolo en las manos de Dios.

La ordenanza del bautismo, por sumergimiento en agua (Mat. 28:19), deberá ser administrado a todo aquel que se ha arrepentido de su pecado, ha aquel que ha creído y confesado el nombre del Señor Jesucristo como único y exclusivo salvador de su alma y ha dado evidencia de salvación.